El barquito de Sadam
Unos con tanto y otros con tan poco. Aún recordamos la cara de Sadam Husein arrestado por los americanos... aún el mundo discute si la guerra fue justa o no... pero Sadam no tenía la menor carga de conciencia por poseer este barquito. Hoy está en venta y en tiempos de crisis está siendo difícil venderlo. Tuvo más suerte que el otro yate del dictador irakí que fué bombardeado y destruído por EE.UU. en el sur de Irak en 2003. En 2007 corría un rumor de boca a oreja de que iba a ser regalado al Rey de Jordania aunque no pasó de rumor. Ahora la mansión flotante del asesino no encuentra comprador por el módico importe de 20 millones de euros y eso que Burgess, encargada de su venta, no informó del nombre de su propietario, sólo revelado a quien estuviera interesado. Aumentando el misterio, el periódico The Independent reveló que el yate se vendía a través de una dudosa compañía de las islas Caimán en nombre de unos desconocidos. Más yuyu, menos compradores... aunque más morbo. Posteriormente, la agencia EFE se añadió al culebrón declarando que la Justicia francesa desautorizó cualquier negociación de venta del famoso yate irakí hasta que se aclarara oficialmente su propiedad, pasando a ser el pueblo de Irak. El barco mansión está equipado con grifos de oro, salones con una decoración suntuosa que tanto gustaba a Sadam Hussein, un quirófano, una mezquita, un sistema de defensa, un sistema antimisiles, cristales con protección contra balas, varias piscinas y saunas. Ah, y una plataforma para un submarino. El gobierno irakí sigue pensando en venderlo ¿para mitigar las penurias de su pueblo?. Ahora el yate navega rumbo a Basora donde estará fondeado hasta el momento de su venta. Una gran parte del mundo se muere de hambre... Irak no quedó arrasada por la guerra, ya lo estuvo antes por un canalla que vivía en salones como este, con la última tecnología, mientras las casas de su gente, no tenían instalaciones sanitarias, aguas, ni a veces puertas y ventanas. Canallas como este hay muchos y yates de lujo también. ¡Triste crisis que sólo afecta a los de siempre!
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