sábado, 4 de abril de 2009
Desde hace algunos meses el Teatro Cervantes de Málaga tiene programada la obra de teatro que está triunfando en Madrid y que es una apuesta personal de la actriz Maribel Verdú, 'Un dios salvaje'. Es una obra para ver en primera fila, para no perderse un detalle, porque el escenario se convierte en una verdadera master class de la interpretación tanto por los actores que participa en este proyecto, como por la química que han conseguido en la realización de este trabajo. Desafortunadamente, si quieres verlo en Málaga, ya no quedan casi entradas y algunos nos tendremos que conformar con un justito tercer piso e incluso con paraiso, que es lo poco en venta a casi dos meses de su puesta en escena. Maribel Verdú (Los girasoles ciegos) vio la obra por primera vez en Francia junto a su marido y quedó fascinada... no entendía el francés y tuvo que seguirla por un pequeño resumen traducido que le habían proporcionado pero salió del teatro convencida de que esa obra tendría que venir a España... y sabía cual sería su personaje y cual el de su amiga Aitana Sánchez-Gijón (The Frost). Cuando hablaron le dijo que iba a traerla y que ya tenía papel para ella. Y poco tiempo después todo comenzó a tomar forma... Sólo faltaban dos partenaires masculinos y la elección no pudo ser más acertada: Antonio Molero y Pere Ponce... Conformaban un elenco único... cuatro profesionales que creen en su trabajo y que saben dominar los espacios, los silencios, las miradas y los gestos... ahora si, el éxito no tenía porque esperar. En el escenario encontramos a dos parejas que se reunen para arreglar del modo más cívico posible una pelea entre sus hijos, de nueve años. Su conversación es tolerante y comprensiva, siempre intentando conciliar y poner cordura, pero a medida que pasan los minutos comienza a darse un sutil pero contundente cambio, que llevará a otro mayor y finalmente desembocará en un enfrentamiento abierto. Es entonces cuando surge ese algo salvaje de su interior, ese ser que se esconde bajo las buenas maneras pero que, a la vez, se rebela contra la insatisfacción de sus vidas. Cuando sólo queda elegir la supervivencia del yo o la aceptación de los otros que acabará por destruir al yo aceptado. Porque a veces sólo hace falta rasgar un poquito y las heridas se abren, y a veces, nos pueden llegar a desangrar. Aún así estamos ante una comedia, mordaz, irónica, agria a veces, pero una comedia... que nos dará buenos momentos para reir y muchos más de reflexión. Serán los días 26, 27 y 28 de mayo. Una oportunidad ya sólo para algunos privilegiados.
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