lunes, 22 de junio de 2009

La voz de la verdad

Hace apenas unos años teníamos versiones oficiales. Nos contaban las historias desde un punto de vista, y como mucho algún valiente periodista conseguía arrebatar alguna foto de las manos de la despiadada censura y sacarla del país, y consecuentemente se sembraba la duda. Así se construían las noticias y se transmitían al mundo. Y en muchas ocasiones nunca terminábamos de conocer lo que realmente había ocurrido. Aún hoy, no tenemos apenas datos del problema de Chiapas, de la guerra de Kuwait, de todos los conflictos que llevaron a la desintegración de la antigua Europa... y de esto apenas hace algunos años. Pero en el siglo XXI la tecnología está dando voz a los sin voz, y los regímenes más crueles aún no han sabido como acallarla... ni China, ni Korea del Norte, ni Irán... El poder de las comunicaciones hoy no puede ser parado, para bien y para mal, nada que ocurra queda sin ser descubierto. Ni siquiera en la pasada guerra de Irán llegamos a conocer sus calles y a sus gentes como las estamos conociendo ahora. Irán está en la calle luchando por su libertad, pidiendo que la democracia deje de ser una palabra y se convierta en una realidad, y todos estamos viendo de primera mano lo que ocurre. Vemos a diario sus calles, sus caras, su dolor, hemos visto como ha muerto Nada y hemos visto como el gobierno sigue haciendo como si nada... Ya casi no quedan corresponsales en Irán y los que quedan están muy controlados y no se les deja fotografiar lo que está pasando, pero, aún así, cada joven con un móvil o con una cámara y una conexión a internet se ha convertido en reportero de la verdad. El mundo no puede dar crédito a lo que ve y se une a ellos difundiendo su protesta. Y la voz que se levanta es cada vez mayor. Es el efecto imparable de un mundo conectado donde no hay limites ni distancias, donde muchos hablan más de un idioma y donde la propia Google ofrece un traductor del farsi, para que no quede un sólo mensaje que no sea conocido fuera de los límites del país. Ojalá la presión internacional pare toda esta locura, pero sobre todo, que bueno que esta vez su voz se oirá.

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