sábado, 20 de junio de 2009

Unos días en Lisboa

Si tienes unos días y has pensado pasarlos en Lisboa, esta es es una de las mejores fechas. El clima es ideal y son muchas las cosas que hacer en la capital lusa. Este sería para estos días mi top ten aunque hay muchas otras que merecen más de un viaje. 
Carrera en tacones. Mañana domingo tendrá lugar la 'Corrida de saltos altos' (la carrera en tacones). Que sí, que las valientes corredoras, y no se si habrá corredores,  se atreven con el reto  de correr en tacones, y con un mínimo de altura estipulado. Todo un comienzo para una semana a la portuguesa. 
Un café en Martinho de Arcada en la Praça do Comercio. Donde comienza la ruta por Pessoa, por el Pessoa de las calles, de los cafés, y de Lisboa. Algunos prefieren conocer la ciudad prescindiendo de él, otros casi centran su viaje en el poeta portugués, pero ambos al fin descubrirán que se toparon con él lo quisieran o no. Fernando Pessoa pasó muchas horas en Martinho de Arcada, así como en A Brasileira (donde se encuentra una estatua del escritor sentado a la mesa) y en otros tantos. 
Para mirar Lisboa como la miraba Pessoa, un paseo en electrico, en 'o amarelo', como le llaman los lisboetas, es la mejor idea. Pessoa viajaba a diario en el 28, de casa al trabajo y del trabajo a casa, y era en él donde en muchas ocasiones se fraguaba su poesía. 
Una vuelta por la Baixa, la Plaza del Rossio, y la Estación del Rossio. En esta última, este verano, están exponiendo restos rescatados del Titanic. Una exposición que ha viajado por todo el mundo, y que  ahora llega a Portugal. 
Un pastelito en Castelão do Pão, en la rua da Alfândega, con sabores del país y también del lejano oriente. Cerca de la Sé (la catedral) y de la Plaza del Comercio. 
Subir al elevador de Santa Justa. Es sólo un ascensor, como muchos que hay en la ciudad, que no van a ninguna parte, sólo arriba, para mirar la ciudad desde arriba, como gatos que tienen la necesidad de ver las cosas desde su auténtica perpectiva. 
Visita a Belén. La Torre de Belén es chiquita, mucho más de lo que se imagina por las fotos,  pero es un edificio muy bonito situado junto al Tajo con las mejores vistas del río. Frente, el Monasterio de los Jerónimos y también un lugar que no hay que dejar de visitar, la pastelería donde se crearon los Pastéis de Belem (pasteles de Belén o de nata, ambos nombres sirven) y que lleva ese mismo nombre, 'Pastéis de Belem'. Se comen todavía templados, con un poco de canela espolvoreada, eso es a gusto, ponen un dispensador para servirse, y junto con una bica (para los que gustan del café fuerte, un expresso para nosotros) o un café com leite. No traer para casa porque ya al día siguiente no son lo mismo.
Las playas para los portugueses no suelen estar en la ciudad... la ciudad mira para el rio y las playas están a las afueras. Los de Lisboa suelen ir al sur, a Caparica, o eligen seguir un poco más arriba de Belén, a Cascais, quedándose en la ciudad o siguiendo hacia la mítica Praia das maças (playa de las manzanas), ya en Sintra. La playa aún está unida por un viejo tranvía al mismo centro de Sintra. Y si lo que quieres es conocer como vivía la high class que eligió en el pasado la costa portuguesa, tanto para sus vacaciones como para sus retiros forzosos, muy cerca de Cascais también se encuentra Estoril, residencia en el pasado de reyes destronados, grandes fortunas y lo mejor de lo mejor de media Europa. 
La zona de la Expo (o Parque das Nações) tiene mucho que visitar, un centro comercial agradable, el Vasco da Gama, para hacer compras de última hora (también recomiendo el Colombo, el mayor de la ciudad) y sobre todo su estación, llamada Estación de Oriente, obra del valenciano Calatrava. Un trabajo realmente impresionante en su estilo de blancos cegadores, ángulos increibles, y formas inesperadas.
El castillo de San Jorge en la parte alta de la Alfama merece la pena una visita al anochecer. Este mes de Junio, además, alberga la Festa do Fado, una celebración muy especial en un enclave sin igual. La representante del nuevo fado, Mariza, actuará el día 27 como cierre de la festa de este año, aunque ya todas las entradas estan agotadas. No se debe abandonar Lisboa sin oir fado, el sentimiento de la ciudad, y también de todo un país. Algunos preferirán un pequeño lugar en alguna calleja de la Alfama, otros alguna fiesta popular o un gran concierto en el Pabellón Atlántico; unos el fado de siempre y otros a nuevos exponente de una música que se renueva y minetiza con otros sonidos del mundo sin perder su esencia más profunda. 
Algunos precios: Tranvía nº28: 1.20€/ Lisboa Card 1 día: 13€/ Café en el centro: 80€/ Elevador de Santa Justa: 2€/ Pastéis de Belem (4 u.): 4.80€/ Castillo: 3€/

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