Esta mañana me desperté con un programa de radio que hablaba del pulpo a la gallega... alta gastronomía según comentaban... Confieso que yo a la hora de comer pulpo recuerdo su aspecto en los documentales de la 2 y no siempre caigo en la tentación de tomar una tapita... mejor me dedico a animales más inofensivos como los boquerones... o las sardinas... Y es que nuestro cabezota amigo no parece de este mundo... Los ocho brazos del pulpo cuentan con ventosas pegajosas y convergen en el cuerpo del animal, en su punto de convergencia presentan la boca en forma de pico córneo. En su cabeza se alojan los ojos, muy desarrollados, el cerebro y tres corazones. En el manto se ubican el resto de vísceras, así como el depósito de tinta que emplean para escapar de sus depredadores y el chorro que les impulsa a nadar al revés. Los hay chiquitos, los que nos comemos, pero también los hay grandes e incluso valientes, que llegan a
comerse a un tiburón, enterito... En caricaturas y peluches se nos hacen graciosos, pero en ciertos lugares son motivo de avisos como este de Japón. La chica manga de la foto ya se iba de la playa ante tal advertencia...
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