lunes, 30 de marzo de 2009

Series de sofá y palomitas

Con las series me pasa como con los libros, intento siempre acabarlas... Pero no todas se prestan a ello aunque siempre quiera darle una oportunidad a los guionistas para que terminen por convertirla en una historia consistente. Este año 2009 ha llegado con la necesidad de producciones baratas, que se desarrollen en el menor tiempo, e incluso  prescindiendo de pilotos (que al menos en los EEUU han sido siempre una buena criba)... Esto está provocando que las cadenas se lancen a proyectos producidos en los mínimos, de escasa o ninguna calidad y como dice un blogger amigo, 'con cierto aire de trabajo no del todo terminado'. Y en muchos casos, tampoco se plantean un fin, sabiendo que posiblemente la serie será cortada en cualquier momento de su emisión. Al fin las series para sillón y palomitas y poco más... que algunas ni eso... Es por esto que los episodios se volvieron totalmente autoconclusivos y con poca interacción entre los personajes permanentes, no existen exteriores que valgan la pena, ni grandes decorados, ni por supuesto efectos especiales... y ahora la mayoría se ruedan en Vancouver o Alburquerque, donde todo el costo se reduce considerablemente. Y yo... sigo insistiendo con The Listener, que me gustó por esa historia suya que prometía ser contada, esos exteriores de Toronto, sencillos, sin más, pero la historia no arranca, los episodios son lentos, y sigo esperando saber algo más de Toby... Y lo peor es que en el piloto el protagonista tenía la capacidad de oir a la gente, pero con el tiempo lo que hace es ver lo que el otro piensa y eso cambió el sentido de todo,  desde el título hasta la misma historia en sí. La verdad es que a veces hay que reconocer el error y creo que con esta me equivoqué. No pasa de ser una serie más que supo lanzarse con un buen efecto de artificio... al fin de eso se trataba, de que se hablara de ella.

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