domingo, 23 de diciembre de 2007

El Guardador De Rebaños

Fernando Pessoa tenía dudas... No se puede decir que fuese creyente... Era un hombre que quería creer... y aún así de su pluma surgieron estos bonitos versos como parte del poema 'El Guardador de Rebaños'... Ni siquiera lo firmó con su nombre, era cuando se hacía llamar Alberto Caeiro. Hoy sabemos que bajo ese seudónimo se escondía el genial poeta... Un hombre que, como Miguel de Unamuno, pasó su vida buscando y quizás en el fondo de su corazón encontró. Sobran las palabras cuando se trata del pequeñín que vino al mundo en Belén y no hay ni entendimiento humano ni pruebas empíricas... pero hay una magia que cuando logramos dejar todo de lado y sentirla, lo llena todo... lo cambia todo... Estos versos me hablan de Navidad... y quería comprartirlos con vosotros...

Él vive conmigo en mi casa a la mitad del monte.

Él es el eterno niño, el Dios que faltaba.

Él es lo humano que es natural.

Él es lo divino que sonríe y que juega.

Y así es que sé con toda certeza

Que es él el Niño Jesús verdadero.

Y el niño tan humano que es divino

Es ésta mi cotidiana vida de poeta,

Y porque siempre está conmigo soy siempre poeta,

Y mi mínima mirada

Me llena de sensación,

Y el más pequeño sonido, sea lo que fuere,

Parece hablar conmigo.

El Niño Nuevo que habita donde vivo

Me da una mano a mí

Y la otra a todo lo que existe

Y así vamos los tres por el camino que haya,

Brincando y cantando y riendo

Y gozando nuestro secreto común

Que es el de saber en todas partes

Que no hay misterio en el mundo

Y que todo vale la pena.

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