Cuando Ibiza era otra cosa, la gente viajaba a ella por su paisaje y la amabilidad de su gente... era destino de familias, de parejas y de hippies, que encontraron en ella una tierra donde ser feliz, donde sentir la naturaleza, donde vivir en contra de todo pero lejos de todo... Ahora la Ibiza hipppy ha desaparecido... por mucho que algunos intenten comercializarla con mercadillos callejeros y caras firmas de ropa que se siguen autodenominando hippy. La nueva Ibiza es turística, basada únicamente en el ocio nocturno... repleta de italianos, ingleses (sobre todo en San Antonio) y españoles, que no quieren conocer ni hacer nada que no sea vivir la noche y dormir el día. Sólo quieren beber lo que no pueden en sus paises. Me cuenta una amiga que en las maletas de los ingleses regresan llenas de botellas de alcohol (mucho más baratas en España) y toda la ropa que trajeron la abandonan en los hoteles. Beben todo lo que pueden y lo que no, lo llevan para seguir unos días más a su regreso... En el siglo XXI el turismo que viaja a Ibiza no mira a su alrededor, ni siquiera llegará a saber si la isla era bonita o no... ni siente ni padece... Gente muy joven que contrata lo más barato, algunas veces ya van bebidos (y también drogados) en los aviones de ida... algunas compañías aéreas incluso les ofrece aviones disco, en los que durante todo el vuelo la música suena alto y la fiesta es intentar moverse y gritar entre los apretujados asientos de aviones de segunda... Una semana a tope... de todo... y un regreso intentando dormir la resaca a veces aún con el golpeteo del disco-avión a todo gas. Esta no es la Ibiza de su gente, ni de sus paisajes... no es la verdadera Ibiza... que es preciosa y necesitaría de unas semanas para conocerla... pero es la que se nos vende... y la que se sufre si se viaja a ella en verano... Una lástima... Quizás en invierno... O cuando las modas cambien y la locura se translade a un nuevo destino...
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