Luxemburgo, Una Ciudad En Bajada
La ciudad de Luxemburgo nace alrededor del año 963 con la construcción de un castillo sobre los vestigios de un antiguo castillum romano llamado Lucilinburhuc (pequeño castillo). El nuevo, propiedad de Sigifredo I de Ardenne, fue protegido de inmediato con un primer muro en el año 965. En 1050 un nuevo muro exterior paralelo al anterior es construido para proteger la pequeña ciudad en expansión. Desde 1096, el título de Condado de Luxemburgo es utilizado por primera vez por Guillermo I. En 1244 la duquesa Ermesinda I concede a la ciudad el derecho a la libertad. En 1320 nuevos trabajos de fortificación de la ciudad son emprendidos bajo el reino de Juan el Ciego, trabajos que fueron terminados en 1398. En 1354 Luxemburgo se convierte en ducado bajo la regencia de Wenceslao I. Desde entonces pasará por distintas manos siempre manteniéndose en sus tradiciones y en su legado, hasta que llegaron las guerras mundiales en el siglo XX. Fue invadida en ambas ocasiones, la primera, de 1914 a 1918, y la segunda, de 1940 a 1944, cuando Hitler ordenó que el territorio de Luxemburgo fuera incorporado al III Reich Alemán. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, su caracter abierto y neutral, le ha hecho convertirse en una de las tres sedes de la Unión Europea. La ciudad alberga algunas de las instituciones más importantes de la UE, entre ellas se encuentran el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el Banco Europeo de Inversiones, el Tribunal de Cuentas Europeo, el secretariado general del Parlamento Europeo, el oficio de publicaciones, así como diferentes servicios de la Comisión Europea. Su paisaje es verde hasta cansar... siempre en bajada... Al llegar por la autopista desde cualquiera de los paises vecinos encuentras que las indicaciones para el centro guian a avenidas que al principio te parecen que vayan bajando, y así es... bajan y bajan... Arriba estan los grandes edificios de la UE y resto de organismos oficiales y empresas internacionales. Al llegar al centro un gran puente cruza un enorme valle poblado de todo tipo de vegetación y árboles y en cuyo fondo apenas se ve un pequeño río (La Pétrusse). A un lado y al otro se extiende una avenida de modernos edificios, y no muy lejos la preciosa Catedral Nuestra Señora de Luxemburgo, el Palacio del Gran Ducado, la Estación Central, etc... Y si se sigue bajando hasta el lecho del río, el Luxemburgo antiguo, el medieval, con un conjunto de casitas que se pueden visitar con un guia que explicará toda la historia de la ciudad. Una ciudad para no dejar de caminar... para pasar la tarde en una terrasa al aire libre... un lugar tranquilo para visitar en primavera si no tienes alergia al polen... o igual... ideal las primeras semanas del otoño...
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