domingo, 29 de abril de 2007

Amansando A Las Fieras

En Madrid, durante el verano, se realizaran cuentacuentos con el fin de mostrar a los niños el mundo de las historias contadas y dar a los padres un nuevo motivo para salir con los más pequeños a pasear la ciudad. El nombre que utilizarán es de lo más sugerente: Amansando A Las Fieras. Oir un cuento no es permanecer en silencio sino disfrutar de una historia participando de ella. Como en la tradición indonesia del gamelán, por citar un ejemplo muy remoto, en la que durante la narración se podía comer, beber, charlar (no demasiado alto, claro está) y sobre todo interrumpir. Heredero de éste, el cuentacuentos produce un intercambio constante entre el público y el narrador, con peticiones, aplausos y abucheos, muestras de ingenio e interacción total. La capacidad de navegar con soltura en esas aguas es justo la mejor medida de la calidad de un narrador. El cuentacuentos en España existía en los pueblos a nivel familiar. En las casas de antaño (sin radio ni televisión) se reunían en las noches a contar historias. Ahora que tenemos mucho en que ocuparnos, el cuentacuentos nos devuelve el placer más sencillo, el de oir un cuento y disfrutar de él en un entorno abierto y festivo.

No hay comentarios: