domingo, 29 de abril de 2007

Noticias De Tallín

Cayó la noche y a Tallín ha regresado el miedo. La capital de Estonia está convertiéndose en un preciado destino turístico, sobre todo para los finlandeses que están a un tiro de piedra de esta bonita ciudad. Fines de semana los ferrys no dejan de ir y venir y los jóvenes celebran allí despedidas de solteros y salidas varias. Los precios son bajísimos en comparación con Helsinki y además el lugar es precioso. Pero las heridas del pasado han vuelto a abrirse y han hecho que la gente hoy tenga miedo de salir a la calle. La decisión ejecutiva del Gobierno estonio de comenzar la semana que viene las excavaciones en un monumento a los soldados soviéticos en Tallín ha levantado una ola de violencia y protestas callejeras, que ha costado un muerto y tres heridos, y en la que los nostálgicos de la URSS asaltaron tiendas, volcaron automóviles y se enfrentaron a la Policía. Ojalá prevalezca la cordura y no se hagan realidad los malos augurios de los informativos sensacionalistas de medio mundo.

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